Para Triple 17 cada minuto que pasaba en el Salón Recreativo Shikoku era un minuto de reinado indiscutido; se había ganado su nombre en los duelos de Shinobi Showdown, tres impactos de triple valor en la zona de puntuación 17, no era el máximo pero se acercaba; verle mover su guante impecablemente, con la precisión de un brazo robótico, solía bastar para desmoralizar a cualquier adversario.
Ese día reposaba apoyado en la máquina esperando a que alguien tuviese el valor de retarle. Ese alguien fue Seng; la familia de Seng acababa de ser trasladada desde la frontera oeste y, evidentemente, no sabía nada acerca de Triple 17.
Seng se acercó a la máquina con su monedero electrónico en la mano.
-¿Aceptas desafíos?
Triple 17 sonrió y se puso su guante mientras se situaba frente al sensor de movimiento.
-Claro.
Seng introdujo la tarjeta en la ranura y de inmediato se convirtieron en el centro de la sala, los estudiantes dejaron sus simuladores de combate y las buruseras abandonaron su territorio en las máquinas de baile, todos querían ver el Triple 17.
Con tres movimientos maquinales y perfectos Triple 17 volvió a conseguirlo provocando los gritos de todos los presentes.
De nuevo era el rey.
Seng se colocó en posición, nunca un reinado había caído tan rápida y fulminantemente.
Triple 20.
Triple 20.
Triple 20.
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