Sunday, May 19, 2013

Titán en la estación de lluvias - Agua y oxígeno


Una sensación de calma ganaba terreno en el interior de Carles mientras observaba el exterior a través de la cúpula del espaciopuerto. Se sentía atrapado por la belleza del Sol, que comenzaba a asomar más allá de la turbulenta danza que se desarrollaba en la superficie de Saturno y cuya distante pero diáfana luz se reflejaba en los campos de hielo haciendo que el horizonte brillase como un mar de cobalto. Durante los últimos meses había sentido cómo su vida se arrastraba penosa, agónicamente, haciendo que el tiempo transcurriese con una lentitud que rozaba la apraxia, pero el resplandor blanco de Encélado entraba ahora por sus ojos arrastrando sus pensamientos retorcidos y bituminosos hacia el olvido.
Una voz a su espalda llamó su atención y se volvió para observar cómo la encarnación de todos los clichés relativos a los colonos de Encélado caminaba en su dirección mientras sonreía mostrando una hilera perfectamente ordenada de dientes que parecían intentar imitar el brillo de la superficie del satélite. Carles no habría podido asegurar cual era el color de su pelo o si este mostraba un único un color, la forma de su peinado parecía desafiar el fluir natural del pelo humano y lucía un bronceado intenso que contrastaba con lo luminoso de su cabello y su dentadura.

-Carles Ruiz ¿me equivoco?-dijo el hombre con una voz megafónica sin dejar de sonreír mientras estrechaba su mano con la fuerza de una pinza robótica- Bienvenido a Sileno. Soy Harald Riordan, Recursos Humanos, me encargaré de acomodarte en la colonia. No te importa que te tutee ¿verdad?

-No, claro-respondió Carles levemente aturdido por el asalto sensorial que había supuesto la presentación de Harald mientras intentaba librarse de su apretón de manos de la manera más honrosa posible.

-Tu equipaje ya está de camino –continuó Harald sin dejar de sonreír mientras señalaba la puerta de salida con un gesto de la cabeza-, si te parece bien podemos dar un paseo hasta el complejo habitacional para que te vayas familiarizando con esto.

En su recorrido Carles observó la arquitectura geodésica del lugar, dominada por pasillos caprichosamente curvos, espacios diáfanos, inmensas cúpulas y paredes irregulares de cristal que le transmitieron la sensación de estar explorando un refugio excavado en el hielo. Los paneles informativos flotaban en el aire emitiendo una combinación de publicidad corporativa, instrucción cívica y secuencias infográficas que reflejaban una devoción religiosa por el agua y el oxígeno y ejercían un efecto hipnótico en Carles, que apenas era ya capaz de escuchar el parloteo incesante de Harald.

-En Encélado –susurraba uno de los paneles mientras mostraba la imagen de una joven de belleza etérea vertiendo un ánfora de moléculas de oxígeno- trabajamos con la vida.


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